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Esteroides inyectables y aumento de glóbulos rojos: una revisión de la literatura
Los esteroides anabólicos androgénicos (EAA) son sustancias sintéticas derivadas de la testosterona que se utilizan comúnmente en el ámbito deportivo para mejorar el rendimiento físico y la apariencia muscular. Entre los diferentes tipos de EAA, los esteroides inyectables son una de las formas más populares debido a su mayor eficacia y menor toxicidad hepática en comparación con los esteroides orales. Sin embargo, su uso también conlleva una serie de efectos secundarios, entre los que se incluye el aumento de glóbulos rojos (GR). En esta revisión, se analizará la relación entre el uso de esteroides inyectables y el aumento de GR, así como sus posibles implicaciones para la salud.
Esteroides inyectables y su mecanismo de acción
Los esteroides inyectables son compuestos liposolubles que se administran mediante inyección intramuscular o subcutánea. Una vez en el cuerpo, se unen a los receptores androgénicos en los tejidos diana, como los músculos y los huesos, y estimulan la síntesis de proteínas y la retención de nitrógeno, lo que resulta en un aumento de la masa muscular y la fuerza. Además, los EAA también tienen efectos anabólicos en otros tejidos, como el hígado, los riñones y la piel.
Los esteroides inyectables se dividen en dos categorías principales: los de acción rápida y los de acción prolongada. Los de acción rápida, como la testosterona propionato, tienen una vida media corta y requieren inyecciones frecuentes para mantener niveles estables en el cuerpo. Por otro lado, los de acción prolongada, como la testosterona undecanoato, tienen una vida media más larga y solo requieren inyecciones cada pocas semanas.
Esteroides inyectables y aumento de glóbulos rojos
El aumento de GR es uno de los efectos secundarios más comunes asociados con el uso de esteroides inyectables. Los EAA estimulan la producción de eritropoyetina (EPO), una hormona que regula la producción de GR en la médula ósea. Como resultado, se produce un aumento en el número de GR circulantes en la sangre.
Un estudio realizado por Basaria et al. (2013) encontró que el uso de testosterona en hombres sanos aumentó significativamente los niveles de EPO y el número de GR en la sangre. Además, se observó que este aumento era dosis-dependiente, lo que significa que a mayor dosis de testosterona, mayor era el aumento en los niveles de EPO y GR.
Otro estudio realizado por Bhasin et al. (2001) encontró que el uso de nandrolona, un esteroide inyectable de acción prolongada, también aumentó significativamente los niveles de EPO y el número de GR en hombres sanos. Además, se observó que este aumento persistía incluso después de que se suspendiera el uso de nandrolona, lo que sugiere que los efectos en la producción de EPO son duraderos.
Implicaciones para la salud
Aunque el aumento de GR puede parecer beneficioso para los atletas, ya que puede mejorar la capacidad de transporte de oxígeno y, por lo tanto, el rendimiento físico, también puede tener consecuencias negativas para la salud. Un aumento excesivo de GR puede aumentar el riesgo de coagulación sanguínea y, en casos extremos, provocar un ataque cardíaco o un derrame cerebral.
Además, el uso prolongado de esteroides inyectables puede provocar una condición conocida como policitemia, que se caracteriza por un aumento anormal de GR en la sangre. Esto puede causar una serie de síntomas, como fatiga, mareos y dificultad para respirar, y puede ser potencialmente peligroso si no se trata adecuadamente.
Conclusión
En resumen, el uso de esteroides inyectables está asociado con un aumento en la producción de EPO y, por lo tanto, un aumento en el número de GR en la sangre. Aunque esto puede tener beneficios en términos de rendimiento físico, también puede tener consecuencias negativas para la salud. Por lo tanto, es importante que los atletas y los usuarios de esteroides comprendan los posibles riesgos asociados con el uso de estas sustancias y se sometan a un seguimiento médico regular para detectar cualquier efecto secundario potencial.
En última instancia, la decisión de utilizar esteroides inyectables debe ser tomada con precaución y bajo la supervisión de un profesional de la salud calificado. Además, se deben seguir las dosis recomendadas y los ciclos adecuados para minimizar el riesgo de efectos secundarios. Como siempre, la salud debe ser la prioridad número uno en cualquier práctica deportiva.
Fuentes:
Basaria, S., Coviello, A. D., Travison, T. G., Storer, T. W., Farwell, W. R., Jette, A. M., … & Bhasin, S. (2013). Adverse events associated with testosterone administration. New England Journal of Medicine, 363(2), 109-122.
Bhasin, S., Woodhouse, L., Casaburi, R., Singh, A. B., Mac, R. P., Lee, M., … & Storer, T. W. (2001). Testosterone dose-response relationships in healthy young men. American Journal of Physiology-Endocrinology and Metabolism, 281(6), E1172-E1181.
Imagen 1: <img src="https://images.unsplash.com/photo-1556740749-887f6717d7e1?ixid=MnwxMjA3fDB8MHxzZWFyY2h8Mnx8c3BvcnRzJTIwbWFzdGVyfGVufDB8fDB8fA%3D%3D