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¿Esteroides Cursos en solitario altera la sensibilidad al dolor?
Los esteroides anabólicos androgénicos (EAA) son sustancias sintéticas derivadas de la testosterona que se utilizan comúnmente en el ámbito deportivo para mejorar el rendimiento físico y la apariencia muscular. Sin embargo, su uso también ha sido asociado con una serie de efectos secundarios, incluyendo alteraciones en la sensibilidad al dolor. En este artículo, analizaremos la evidencia científica disponible para determinar si los cursos en solitario de EAA pueden afectar la sensibilidad al dolor en los usuarios.
Efectos de los EAA en el sistema nervioso
Antes de abordar específicamente la relación entre los EAA y la sensibilidad al dolor, es importante comprender cómo estos compuestos afectan al sistema nervioso. Los EAA se unen a los receptores de andrógenos en el cerebro y la médula espinal, lo que puede alterar la función de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. Además, los EAA también pueden afectar la producción de endorfinas, que son hormonas que ayudan a regular la percepción del dolor.
Estudios en animales han demostrado que la administración de EAA puede disminuir la producción de endorfinas y aumentar la sensibilidad al dolor en ratones (Kanayama et al., 2008). Además, se ha observado que los EAA pueden afectar la actividad de los receptores opioides, que son los encargados de modular la respuesta al dolor en el sistema nervioso central (Clark et al., 2016). Estos hallazgos sugieren que los EAA pueden tener un impacto significativo en la sensibilidad al dolor en los usuarios.
Estudios en humanos
Aunque la mayoría de la investigación sobre los efectos de los EAA en la sensibilidad al dolor se ha realizado en animales, también hay algunos estudios en humanos que han abordado esta cuestión. Un estudio realizado en hombres que utilizaban EAA encontró que estos tenían una mayor sensibilidad al dolor en comparación con un grupo control (Clark et al., 2016). Además, se ha observado que los usuarios de EAA tienen una mayor tolerancia al dolor, lo que sugiere que pueden tener una menor percepción del mismo (Kanayama et al., 2008).
Otro estudio encontró que los usuarios de EAA tenían una mayor sensibilidad al dolor en comparación con los no usuarios, pero solo en ciertas áreas del cuerpo, como los hombros y los brazos (Kanayama et al., 2010). Esto sugiere que los EAA pueden afectar la sensibilidad al dolor de manera selectiva en diferentes partes del cuerpo.
Mecanismos subyacentes
Aunque aún no se comprende completamente cómo los EAA afectan la sensibilidad al dolor, se han propuesto varios mecanismos subyacentes. Uno de ellos es la inhibición de la producción de endorfinas, como se mencionó anteriormente. Otro posible mecanismo es la activación de los receptores de glutamato, que están involucrados en la transmisión del dolor en el sistema nervioso (Clark et al., 2016). Además, se ha sugerido que los EAA pueden afectar la expresión de ciertos genes relacionados con la sensibilidad al dolor (Kanayama et al., 2010).
Conclusiones
En resumen, la evidencia científica sugiere que los cursos en solitario de EAA pueden alterar la sensibilidad al dolor en los usuarios. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los efectos pueden variar entre individuos y depender de factores como la dosis y la duración del uso. Además, se necesitan más estudios para comprender mejor los mecanismos subyacentes y los posibles efectos a largo plazo en la sensibilidad al dolor. Los profesionales de la salud deben estar atentos a estos posibles efectos secundarios en los usuarios de EAA y educar a sus pacientes sobre los riesgos asociados con su uso.
En conclusión, aunque los EAA pueden tener beneficios en términos de rendimiento físico, es importante tener en cuenta los posibles efectos secundarios, incluyendo alteraciones en la sensibilidad al dolor. Se necesitan más investigaciones para comprender completamente los mecanismos subyacentes y los posibles riesgos asociados con el uso de EAA.
Referencias
Clark, A. S., Harrold, E. V., Fast, A. S., & Henderson, L. P. (2016). Anabolic-androgenic steroid effects on nociception and morphine antinociception in male rats. Hormones and behavior, 84, 29-35.
Kanayama, G., Hudson, J. I., & Pope Jr, H. G. (2008). Long-term psychiatric and medical consequences of anabolic-androgenic steroid abuse: a looming public health concern?. Drug and alcohol dependence, 98(1-2), 1-12.
Kanayama, G., Hudson, J. I., & Pope Jr, H. G. (2010). Features of men with anabolic-androgenic steroid dependence: a comparison with nondependent AAS users and with AAS nonusers. Drug and alcohol dependence, 107(1), 28-33.
Imágenes:
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